La clarividencia existe desde hace muchísimos siglos. Y toda la vida ha habido personas que han nacido con un don especial para percibir cosas que están vetadas a la mayoría de seres humanos. Estas personas suelen notar su peculiaridad desde muy pequeños y, normalmente, tienen en su familia algún otro miembro del que han heredado su don.

Un vidente es capaz de adelantarse a los acontecimientos que pueden llegar a ocurrir. Al vidente le llega la información de forma natural, sin que tenga que buscarla. Aunque algunos videntes no lo hagan, la mayoría buscamos la manera de perfeccionar nuestras capacidades con el tiempo; de ese modo, nuestra sensibilidad aumenta. Esto es necesario, ya que puede ocurrir que un niño tenga el don de la clarividencia desde muy pequeño, pero esta se le coarte con la educación.

¿Qué es lo que realmente ve un vidente? Generalmente ve imágenes, oye sonidos o percibe sensaciones que le permiten saber sobre el pasado, presente y el futuro del cliente.

Como hemos dicho, la videncia o clarividencia es un asunto de solo unos pocos. Es posible que la mayoría de seres humanos posean dentro de sí también dicho don, pero el problema es que la mayoría no sabe cómo sacarlo, ya que el raciocinio se opone. El vidente puede acceder al conocimiento de otros seres humanos y utilizar dicho conocimiento para ayudarles a salir de sus encrucijadas o a resolver ciertos problemas. Eso sí, hay que tener en cuenta que el vidente explica al cliente lo que ve o percibe, pero es este último quien, en última instancia, toma sus propias decisiones.

Es muy difícil que un vidente se deshaga de sus capacidades. Normalmente, se presentan desde muy temprano e invaden su vida; suelen tener premoniciones y visiones inesperadas. Visto así, ser vidente no es una elección, sino que es algo que se impone. Y a veces para los niños que empiezan a ver visiones y percibir cosas no es fácil ni agradable, puesto que a veces perciben cosas negativas que les generan mucha ansiedad. Por eso, lo más inteligente y lógico es enseñar a esos niños a canalizar su don.

Un vidente, si lo desea, puede realizar un gran trabajo. Puede ayudar a sus clientes a saber qué camino deberían elegir o guiarles frente a sus dudas o angustias. Es propio de este siglo que los seres humanos vivan estresados, bloqueados, desubicados… En este caso un vidente, del mismo modo que un psicólogo o un coach, puede realizar una gran labor.

La clarividencia

La clarividencia es una capacidad psíquica especial con la que nacen algunas personas, que les permite ver más allá del mundo físico y entender el pasado, presente y futuro de las personas, y por tanto ayudarles a resolver sus conflictos internos.

El vidente no elige cuando puede ver la información. Para que un vidente realice bien su trabajo es necesario que descanse bien y que esté concentrado, en un lugar tranquilo y sin ruidos. De ese modo se activan la clarividencia y las percepciones.

¿Cuándo buscar a un vidente? Muchas personas se sienten, en algún momento de sus vidas, desorientados y solos, sin saber qué hacer para salir de la encrucijada en la que se encuentran. Algunos tiene problemas para encontrar el amor, otros tienen dificultades o inseguridades en el trabajo, otros tienen problemas de salud o dinero… En esos momentos, esas personas necesitan la ayuda de alguien que les dé respuestas o soluciones. El vidente siempre proporciona una visión distinta de los problemas y aconseja cual es el mejor camino para llegar a la mejor solución.

Existe la idea equivocada de que las personas que acuden a un vidente o clarividente son personas de bajo nivel cultural, pero eso no es así. Muchas personas de clase media acuden con asiduidad a sesiones de videncia, y muchas personas con gran poder adquisitivo o famosas también recurren al arte de la videncia.

El don de la clarividencia

Como hemos dicho anteriormente, para ser vidente es imprescindible nacer con un don especial; sin embargo, para obtener el mayor partido de ese don es importante cuidarlo y fomentarlo. El futuro vidente debe desarrollar la precognición y saber cómo canalizar toda la energía y la información que le llega.

Algunos videntes se preparan antes de realizar una consulta con un cliente haciendo ejercicios de concentración o una meditación. De ese modo, están mejor preparados para recibir la información y tratarla. Aparte, existen varias herramientas que pueden ayudar al clarividente a realizar mejor su trabajo, como las cartas del tarot, la astrología, el péndulo o las runas.

De todos modos, existen muchos videntes naturales que pueden realizar su consulta de videncia sin usar ninguna herramienta. Conocer el nombre y la fecha de nacimiento del cliente es, en ocasiones, suficiente para llevar a cabo una consulta con éxito. En TarotIntegra, los videntes son naturales y pueden contactar fácilmente con el cliente y con sus seres de luz de forma sencilla, y ayudarlo a solucionar sus dudas y preocupaciones.

El chakra Ajna

Según la teoría de los chakras todos los seres humanos tenemos siete chakras principales que regulan la energía de nuestro cuerpo. El chakra Ajna se ubica en el entrecejo y también es llamado comúnmente tercer ojo.

El tercer ojo nos permite ver aquello que nuestros ojos físicos no quieren o no pueden ver. Existen ejercicios para estimularlo y es un tema candente en el mundo esotérico. Este chakra se relaciona con la mente, la clarividencia y la imaginación. A través de él solo buscamos la verdad, por lo que es muy importante no tener este chakra bloqueado, pues de ese modo no podremos ver lo que en realidad necesitamos ver.

Los videntes somos capaces de utilizar la información que nos da el tercer ojo en ocasiones. A veces, escuchamos sonidos o palabras muy claras, o vemos escenas explícitas que nos dan mucha información.

Para que fluya bien la energía por nuestro cuerpo es fundamental tener equilibrados todos los chakras. Y el tercer ojo nos permite ver más allá de lo que vemos normalmente. Para los videntes el tercer ojo es una herramienta muy útil en algunos casos.

Médiums

Aunque algunos no quieran creerlo, existe una conexión entre las personas vivas y los seres y energías que ya no están en este plano. Algunos videntes tienen la capacidad de hacer de canal de comunicación entre el cliente y sus familiares o allegados fallecidos. Sin embargo, esta capacidad es difícil de controlar, por lo que no se puede poner en práctica siempre; solo en ocasiones especiales en las que todas las variables se alían para favorecer el contacto.

Los médiums son, en realidad, personas que hacen de intermediarios entre el mundo de los espíritus y el mundo de los vivos. En todas las épocas han existido médiums. Anteriormente se han llamado brujos, chamanes, maestros… y muchos de ellos acabaron siendo quemados en la hoguera. Ahora esto no ocurre, aunque sigue habiendo cierta reticencia en relación a los videntes. La clarividencia nunca ha sido comprendida del todo y siempre ha generado crítica y discusión. Y los videntes siguen siendo tratados con cierto desdén por algunas personas que presumen de ser racionales.